El ciclo de pinturas más recientes de Romeo Niram se llama “Ensayo sobre la Lucidez” y abarca el retrato de José Saramago, Fernando Pessoa, entre otros. Esta serie surgió a partir del deseo de reunir varias formas de arte y del pensamiento humano: pintura, literatura, cine, arquitectura, filosofía, teología.
La literatura está presente mediante la evocación sobre el lienzo de F.M. Dostoievsky, los poetas Luís de Camões y Fernando Pessoa y el escritor José Saramago.
“En 1968, el célebre dramaturgo francés de origen rumano, Eugène Ionesco, ha publicado una confesión extraña, escrita en un estilo abrupto y fragmentario, que intitulaba “Journal en Miettes”. Se trataba en el fondo de una tentativa de auto-análisis realizada en exilio, pero solicitaba al lector un esfuerzo intelectual considerable, para poder llenar los intersticios dejados intencionalmente descubiertos en el texto. Mutatis mutandis, un emprendimiento similar a éste, pero basado en un material mucho más concreto, del dominio de las artes plásticas, pertenece al joven pintor Romeo Niram.
Retratos
Romeo Niram es seducido por un lado, por una poética postmoderna de la fragmentación, de la representación fracturada de sí propio; por otro lado, el artista parece ser obcecado por la idea de la figuración del creador bajo la máscara de la alteridad, en otras palabras, de un retrato en la efigie del otro. Este otro es, sucesivamente, F. M. Dostoievsky, Luís de Camões, Fernando Pessoa y José Saramago, escritores con cuya obra el pintor tiene una relación privilegiada.
El primer retrato, él de Dostoievsky, constituye un poema plástico del artista como demiurgo: su mirada ultrapasa los contornos físicos de los objetos, penetrando en la intimidad de la conciencia. Es como si tuviéramos en frente de nosotros una descripción fiel del interior de una pieza existencialista de Sartre, del tipo Huis clos: las puertas están cerradas, las paredes – en ruinas, el mobiliario casi inexistente. Se nos revela la tortura desnuda del alma, sin atenuación.
Lisboa, retrato de José Saramago, Pessoa, Camões
El segundo retrato, de Camões, evoca, en contrapunto, un espacio privilegiado, del Portugal sublime, sobrellevado por la materialidad pesada del arco suntuoso y de la estatua ecuestre de la Plaza del Comercio. El retrato de José Saramago y el de Fernando Pessoa se distancian de los primeros por el abordaje técnico diferente. Tanto la realidad como la conciencia son fragmentadas y después reconstruidas en torno de las dos figuras tutelares, que también sufren un proceso de metamorfosis. Pessoa, poeta que se encuentra bajo el signo de las máscaras infinitas, y Saramago, el receptáculo de la memoria étnica, completan el (auto)retrato del artista en el momento de la suprema confesión. Las fracturas cromáticas, en dominantes de azul y color ladrillo sugieren el eterno conflicto espiritual – material. “(Catalin Ghita, “Retratos en Migajas”)
El Séptimo Ser
La relación entre el cine y la pintura es bastante complexa y difícil, generadora de muchas opiniones contrarias. Muchos realizadores de filmes utilizan el arte de la pintura en sus filmes y la pintura ya pasó hace mucho tiempo sobre la película cinematográfica. El encuentro en la pantalla entre la pintura y el cinema trajo riqueza y belleza a los filmes. Romeo Niram explora esta relación entre las dos formas de arte de un modo diferente: es la pintura que se inspira de la cinematografía, utilizando elementos propios del mundo del cinema para recrear ambientes semejantes a los de las peliculas fantásticas en el cuadro – homenaje a Manuel de Oliveira y Serge Trefaut, “El Séptimo Ser”. La serie continúa con la evocación del pintor Lima de Freitas y de la pintora Paula Rego, en el espacio arquitectónico contemporáneo de la capital portuguesa.
Una reinterpretación plástica de la filosofía de Nietzsche nos propone el cuadro “Falta de Dualismo”, mientras que un ensayo sobre la teología cristiana nos convida a reflexiones en el cuadro “Lucas 23.43” y el dibujo en carboncillo sobre papel “Apocalypse”. Los cuadros, pintados a óleo sobre lienzo, son de grandes dimensiones. Nada dispuesto a compromisos y plenamente consciente, por lo que puedo intuir, de sus capacidades creativas, Romeo Niram nos ofrece una visión profunda sobre el modo como la literatura se puede conjugar con el medio elevado de las artes plásticas.
Simbiosis
La muestra organizada para la revista Almiar contiene también algunos de los cuadros de la serie “Simbiosis”, que propone una exploración libertadora de las profundidades del alma de la mujer, el eterno femenino – sorprendido sobre los lienzos en su actitud más íntima de transparencia y admiración propia. Los cuerpos femeninos son reflejos de las flores, de los laberintos legendarios, de las aguas azules donde predomina la metáfora central, la simbiosis mujer-flor.